Cada vez que vuelvo
es como recrear el derrumbe de los muros de Jericó
Es burlarme de mis huesos secos
Es dibujarme brazos firmes
Quiero estar enamorada
Cercamente
Y completamente entera para ofrendarme ante ti.
Pero me cuesta entregarme
Aunque soy el hijo pródigo más veces de las misericordias que merezco
Cada vez que me voy,
me esperas hasta que regrese
Yo
no quiero un festín
No voy a besarte en la mejilla
No me inmutaré ante el canto de madrugada
Cuando regrese
Estaré sabiamente enamorada
De tus manos
De tus pies
De tu costado
De tus velas
De tu obediencia
De tu tristeza
De cómo siento que me amas
En la primera alabanza que pusiste en mi boca
En el mar abierto
En Lázaro de pie
En el más insignificante y débil de la familia,
Yo
no quiero un festín
No voy a besarte en la mejilla
No me inmutaré ante el canto de madrugada
Cuando regrese
Estaré sabiamente enamorada
De tus manos
De tus pies
De tu costado
De tus velas
De tu obediencia
De tu tristeza
De cómo siento que me amas
En la primera alabanza que pusiste en mi boca
En el mar abierto
En Lázaro de pie
En el más insignificante y débil de la familia,
y aún así me esperas
Me alcanzas y me tomas.
Y me hallo
Enamorada siempre de las caricias de tu salvación
Enamorada de tu olor
De tus brazos
De tu tormenta
De tu cruz
De tu perdón
Enamorada siempre de tu amor.
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