Yo también te lo 
 he dicho


Ya había derramado mi amor.

Tu corazón hizo una petición,
mi sangre gritó "Al fin", y ansiosa, continuó su ruta por mis venas.
Ser de oído atento y casualmente me inspira confianza tu voz.
Sobrevivientes también del huracán "Adolescencia", nos saltamos la escuela básica
cuestionamos "Nosotros que hicimos?"
-Sólo coleccionar vidas independientes sin pensar en la simetría de nuestros anhelos.

Mi capricho de estudiar la ortografía contra tu mejor conocer la voz
terminaron haciendo un trato para estar en cualquier día, momento y hora que yo quiera; ahora y después.

Ahora que habías encontrado un igual
Ahora que te ofreciste a atajarme cuando necesitara soltarme
Ahora que nos encontramos un mes de Noviembre sin darnos cuenta que ya habíamos coincidido en Octubre, donde compartimos el amor y nos asombramos de cómo no sabemos desenredarnos la desesperación y la tristeza de toda una década,
y yo te dicto definiciones y consejos del amor
y aunque ya los viviste
aún estás interesado en conocerlos de mi voz y mis dedos.

Después de tanto tiempo perdido
Después de sobrevalorar los espejos
Después del borrón y cuenta nueva en el que dijiste
"sigamos siendo"

y mi corazón me vio las manos
y me asintió con los ojos cerrados
aunque ya no importa la sangre.


Y me esperas en los buenos días
que sabías que yo ya estaba ahí,
que también tenías el amor acumulado
y me dijiste que no podías enviarme un pollo porque se iba a poner frío
y yo sólo pienso que incluso hay corazones que después de estar 20 años congelados, se van derritiendo suavemente, esto lo aprendí en mi último dorama.

"Es que yo te quiero" a pesar de...
y no sé que decirte



porque te tuve por tanto tiempo encerrado en una cápsula,
buscándote rasgos,
evitando contar los meses.

Te rechacé por mucho tiempo,
y te arrimé en una caja que se llenó de polvo en la parte baja del clóset.

Te cerré las puertas y las ventanas de mi corazón
pero te ignoré tanto, que ni siquiera me di cuenta que no habías salido de él desde mis 17 años.

Y quizá esta vez tú no sabías que sería yo quien te lo dijera
pero me muero por atajarte el abrazo
y decirte viéndonos el alma, que ya no importa la sangre.


Yo ya te lo había dicho, pero fui tan sutil

que no te diste cuenta
que ya te había 
derramado mi amor.