Noé

Quiéreme como Noé,
quiéreme pacientemente, constantemente y obedientemente, como un proyecto a largo plazo.
Quiéreme como la única persona justa para hacerlo,
anda en íntima comunión conmigo así como Noé con Dios,
quiéreme como quien construye una barca en tierra seca y sol ardiente.
Quiéreme perseverando a 94 años más de vida
Quiéreme como una última oportunidad de Dios a la tierra.

Constrúyeme y quiéreme madera a madera
recúbreme con brea por dentro y por fuera para que no entren miedos,
quiéreme de piso en piso, de establo a establo.

Quiéreme a ciento treinta y ocho metros de longitud,
a veintitres metros de anchura y
a catorce de altura, aunque sólo mida 1,49.

Deja una abertura de cuarenta y seis centímetros para que entren un poquito de celos y usarlos de excusa para reconciliarnos.

Pon la puerta en uno de mis costados y entra a mi corazón.

Constrúyeme en tres pisos y quiéreme en el interior
                                                            en el medio
                                                                 en el superior

Y cuando llegue el diluvio y lo destruya todo, sólo quedemos tú y yo, testificando un pacto.

Quiéreme en el diluvio.
Quiéreme cuarenta días.
Quiéreme siete metros sobre la cumbre más alta.
Quiéreme cuando sople el viento, cuando las aguas se retiren.
Quiéreme ciento cincuenta días, quiéreme dos meses y medios más, quiéreme otros cuarenta días.
Quiéreme aún cuando el ave no regrese.
Quiéreme en tierra seca, en lluvia torrencial.
Quiéreme agradablemente como cuando Noé construyó un altar.
Quiéreme cuando haya frío y cuando haya calor
               cuando llegue el verano y cuando llegue el invierno
               cuando sea día y cuando sea noche

Quiéreme cuando veamos el arco iris.
Quiéreme como Noé.
Quiéreme exactamente como Dios ha ordenado:

dentro de una barca que lo resista todo.