Hoy he sido una
pieza de silencio, vine a irrespetar tu casa y a dejar a unas minúsculas manos
tejer en mi cabello una trenza que nunca se concilió. De tus mejillas se regaba
como un agua constante en el piso, alguna clase de tormento al que preferí
dejarle acomodo convirtiéndome en un cuadrito mas de tu sala, un pelito más de
la mascota en el colchón.
Hoy me enamoré de lo que pintan y dibujan tus manos, de lo que alisan, de lo que acarician. Tuve en mi lengua tres sabores convidados con sonrisas y miradas genuinas. Y justo encontré lo que mi corazón necesitaba, un poco de paz debajo del silencio.
Hoy me enamoré de lo que pintan y dibujan tus manos, de lo que alisan, de lo que acarician. Tuve en mi lengua tres sabores convidados con sonrisas y miradas genuinas. Y justo encontré lo que mi corazón necesitaba, un poco de paz debajo del silencio.
Hoy,
atravesé tu puerta,
irrespeté tu casa.
Y nos
vamos a la cama con la cortesía de las buenas noches en un nuevo recuerdo.
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