Sin tu mirada tan tierna


Como a esos libros de amor de los que tengo necesidad cuando estoy como ahora; turbada, vuelvo una vez más con el rabo entre las patas y digo con todo y eco que te extraño aunque no sea precisamente un perro arrepentido, y que no todas las camas ni todos los brazos ni todas las cinturas son iguales y por supuesto no todos los despertares entre mantas ajenas, justo eso, es estar sin ti.