Sin botín

No sé si desde anoche o desde hace 7 minutos, pero se me empieza a sentir sola la soledad. Ésta que me pregunta
-¿No que sí?- A la que yo respondo – si que sí, es que tengo este pecho inundado de faltas- ésta que me dice –Pues que no, no va más de eso-. Ésta que se molesta ante lo que yo me frustro, la que se me dibujó en el rostro para armar un berrinche frente al espejo.


Se me empieza a sentir sola la soledad, ésta que me dice que yo no le basto, que no le sirvo ni de musa ni de blanco, me cantó las verdades a la cara pero no pude reconocer ninguna. Se me empieza a sentir  sola la soledad y aún no tengo fuerzas para levantar los brazos.