De diez al canto


Hay horas nocturnas en las que simplemente se quiere, y hay horas nocturnas en las que intensamente se echa de menos y se quiere, noches en las que quiero que llames y digas que me quieres, y luego escuches mi silencio. Silencio que suelta de repente un “¿te veo ahora?” y luego se aferra a la fe esperando un sí.

Y que vengas y que sonrías y que estoy bonita y que nos conversemos la vida y que me entiendas los respiros y mi amor atmosférico.

Y no llamas, y no llegas, y no sabes todas las desdichas que te han dado lugar y te contemplan junto conmigo y te echan también de menos en horas nocturnas y me vuelven compañero este sentir con mi cuerpo rodeado no más que de espacio.








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