Cuando no cuidas

Tus labios no se mueven igual cuando me expresas tus revelaciones a tus clandestinidades.

Y más de una vez has callado tantas palabras a una sola frase limitada para no decir hirientes verdades, tú cuidas eso.

Tú cuidas el tratar de decir solo lo justo y  cuidas el mantenerme lejos de la cordura.

Tú cuidas tus manos y cuidas mis respuestas y me encanta entonces cuando cuidas.

Tú cuidas la impaciencia de presionar el verde en medio del día y cuidas la mejor estrategia de imaginar mi calor y mi sonrisa, y me encanta entonces cuando cuidas. 

El cantarme inesperadamente las cosas que no me canto y el sumarle a mis labios las comisuras que yo no les sumo, tú lo cuidas y me encanta entonces cuando cuidas.

El corazón sintiendo en falso, las mentiras que se me pintan a verdades, mis pies ocultos y mis manos expectativas tú las cuidas, y me encanta entonces cuando cuidas.

Tú cuidas entre semana las mañanas, algunas noches y las esperadas tardes; pero hay ocasiones en que además cuidas mi cabello seco y mi conocimiento comprendido a horario de oficina, y a las preguntas que para evadir te me las ríes y los compromisos con miradas de entendimiento, y me revienta entonces cuando cuidas.

Tus labios no se mueven igual cuando me expresas tus revelaciones a tus clandestinidades, y siempre lo noto


Cuídalos.