Mientras vuelas y yo observo

Un guión bajo y largo y un montón de espacio en blanco; es todo lo que tengo.

Entre el papel y el grafito el aire no es más que una sombra.

Vocales y consonantes echándose a suertes, ninguna se empuja, ninguna se ofrece, y van dando rodeos evitando desesperarse, acobardarse.


Dentro de mí, el bullicio es insonoro, pero cómo retumba...
dentro de mí, un rimero de letras que no conciben palabras, queman y ríen.

Estoy cargando mis ganas y mis ilusiones delante de mí, voy haciendo un zig-zag con mis pasos y voy aguantando.


Estoy dándome tiempo y voy aguantando...

que me desempolves a soplos los paisajes y me hagas añicos el escudo con tu voz. 
Luego aprietas la mandíbula y eres la definición del descaro.


¿Cuál es el significado de esa alfombra roja que extiendes sobre nosotros? Y
¿Por qué ese afán de llenar las nubes grises con el color de tu mirada?

Te paseas en el cielo y de lejos te distingo; como un avioncito, vas dejando tras de ti ese diminuto espacio en blanco, alargándose.

Estoy dándome tiempo, de nuevo, y sin rodeos, viéndote desaparecer... y aguantando.

He aquí desmantelo mis trayectos y los recorro con este mismo paso zigzagueado 
que va de tu amargura a mis pesares,
que va de mi inquietud a tu desconsuelo.


Y vine yo a pensar que una página vacía podría llegar a ser lo que tú:

Un montón de espacio en blanco
que desaparece.


Eso es todo lo que tengo.