Dejarte ir



     Pensando en los meses, creo que no me gustan mucho los Febrero's.

He dejado de jugar con las ganas
He dejado de intentar organizarme por éste momento
He dejado a mis manos salir de su escondite.

     Se supone que estoy aprendiendo a cerrar las puertas  correctas. Pero  tiene que entrar y salir, lo que tenga que entrar y salir, antes de cerrarla.

     No es excusa, es libertad.

Estoy preguntándome si será tan bueno o no, eso de guardar conversaciones.
Estoy preguntándome si será tan malo o no, eso de releer conversaciones.

     ¿Será que a esto también se aplica un lapso de 12 meses? O más...
     Pero ya hace meses que dejé de contarlos.

     Será que a esto se aplican los intentos, paraditos uno detrás del otro, esperando  su turno.
     Es como estar frente a una puerta e intentar cerrarla atrayendola a ti, pero la dirección del viento la empuja al lado contrario: entonces tienes que esperar, un poquito de tiempo, para que el viento cese y volver a intentar.

     Quizá no se puede ir siempre contra el viento; quizá él sólo quiere libertad.

     Lo bueno es que febrero ya pasó, y pasa un tiempo, y pasa febrero, de nuevo.

    Un paso a la vez, porque el tiempo llega; sea pasado, sea futuro o sea presente, los tiempos llegan y pisan al frente.

   Quizá no se podrá ir nunca contra el tiempo.
   Quizá, él mismo, te indica que esperes, que quiere ser libre; y luego, vuelvas a intentar.

Y no es excusa, nunca es excusa...

es libertad.