Cuando
falla la memoria
Pensante o emocional, ya
no sé qué soy.
La típica lucha entre
cabeza y corazón, tan opuestas y complementadas mentes, y yo con ésta memoria
tan fallante…
“Los sentimientos son
esenciales para el pensamiento, y el pensamiento lo es para el sentimiento”.
Pero en éste caso, ¿Será esencial ser más pensante?, ¿O lo será ser más
emocional?
Elegir ser pensante
significa un querer pequeño para el corazón, y elegir ser emocional le parecerá
muy grande a la cabeza.
Aquí estoy, tratando de
decir justamente lo que no digo. Así he quedado, y he perdido la noción del
tiempo, pero llevo la cuenta.
Cuento los meses y pierdo
los días.
El camino apenas se ha
emprendido y vamos un paso a la vez; pero cuando falla la memoria, el tiempo
quiere ir de prisa.
Se están agotando mis
segundos y sigo con suplicas al cielo
‘Si no he de mencionarte a
ti, no quiero aprender tu nombre’
Me quedo callando palabras
que no concuerdan frases
Me quedo girando mis
manos, indecisas en sujetarse a la cabeza o al corazón
Me quedo intentando
recobrar la memoria y hacer que ya no vuelva a fallar.
Que no falle la memoria y
me obedezcan mis mentes opuestas… similares a ti, y a lo que no entiendo.
A veces creo que te
quiero, a veces creo que es normal, a veces me pierdo en el querer y a veces el
querer es sólo algo. ‘A veces, muchas veces siento que duermo, pero rápidamente
me doy cuenta de que estoy despierta’…
Cierro mis ojos, como
queriendo competir con lo real y creerme que esto es un sueño, creer que estoy
dormida y no que imagino; mientras intento frenar mis parpadeos siempre
cerrados que delatan mi inquietud a la verdad… Y busco una respuesta.
Busco palabras entre
tantas soñadas, entre las no buscadas e imaginarias; se aclara la memoria y se ajusta un
tornillito suelto.
Entonces sí, abro los ojos
y está la certeza de mi memoria ajustada, a lo que pretende y a lo engañoso, a
lo real de su opuesto y a lo que quiere… concordar.
Parpadeo, sólo para darme
cuenta que aún el tornillito está suelto, parpadea mi cabeza, confusa y
titubeando. Parpadea mi corazón para ver que aún sigues tú.
Parpadeo yo
Para ver que aún
permaneces
Para ver cómo te enfrento
Para verte suelto y
buscando una manera de ajustarte a mí, y a éstas palabras.
Parpadeo de nuevo, no
sabiendo ahora cuando la memoria ha fallado que no sé ni en qué momento ‘cerraste’
mis ojos.
Confusa yo, sólo sé que
ahora mi memoria está cuerda, en su sentido, y que a pesar de tanto y de nada,
sigues estando tú, suelto e mí.
Suelto dentro de mis ojos
y fuera de ellos, porque los parpadeos no sirven de nada.
Y he acabado por darme cuenta
que quien más lucha no es la cabeza contra el corazón, sino mi parpadeo y tu
imagen, que es la misma mire donde mire, e incluso mire aún donde no esté
mirando.
Porque descolocados o no,
mi memoria, mi cabeza y mi corazón, tú aún permaneces.
Tu interés por mí, y el
mío por ti, pero no rellenos de lo mismo, aunque son lo mismo, como tú y yo.
Pero,’ ¿Para qué rayos
intentar ser diferente –o indiferente- si puedo ser yo?’ Así que doy rienda
suelta a mis tornillos y los perseguiré, a saber cual destino, entre cabeza y
corazón fallos, como creí a mi memoria, escoge su morada.
Aún más rienda suelta a
mis súplicas; no queriendo pronunciarte vida, si no eres tú mi para siempre ni
partirás junto a mí.
Si eres tú lo irreal en
ésta historia, parte ahora junto con mi memoria.
Pero mientras te descubro,
estaré esperándote, en mi sueño o en lo real, en tus palabras y en mi silencio,
en nuestro futuro o en algún recuerdo; ‘Observándote en algún sueño y aunque no
puedas verme sabrás que estoy ahí, tal vez en un granito de arena, o en el mar
que se extiende frente a ti, tal vez en el frío, o siendo tu abrigo, tal vez en
la rama de algún árbol, o siendo uno, tal vez simplemente convirtiéndome en una
madejita de lana…
Aquí estoy, tratando de
decirte justamente lo que digo, que aunque falle el ritmo de mi memoria y dando un
paso a la vez, siempre estoy ahí.
... Tal vez en el aire que sopla, o en el que respiras.’
"Como competir con la realidad, porque me conformo con la ilusión; es que carezco de carácter, o solamente es que me gusta torturarme de esa forma; pero entiendo, no por mi propia voluntad, sino por la voluntad del Padre, que no es el tiempo, que todo llega en su momento, que si toca esperar, esperar debes".
José Alberto Davalillo
Gracias 'Beto' por permitirme éste último párrafo.
0 Comentarios