“Hombres de alas cortas han recorrido todo”


Una vez, cerrada la puerta, me diste la mano, la primera pasó desapercibida y solo atajé en tu nombre el recuerdo de una vida más alta, y junto a mi sombra dijiste “ya nos conocemos”, pero yo tomé de nuevo tu mano mientras tú sonreías. No hubo mucho cuento, ni mucho halago, hubo quizá solo un par de verdades sueltas sin temor, antes de verte nacer en las ilusiones que hacía mucho había perdido, ya le desconocía los presagios, las vendas, las vigilias, las sensaciones de amores de niños.

En medio del frío me recorriste y yo me dejé… tan en tus manos que no era una excusa la dosis de abrazos, la paz, el encaje perfecto,

luego, el día del juicio, ya lo iba presintiendo mientras usabas tus peores palabras

y yo aún te daba crédito

antes del sello

de cerrar el ciclo

el amor unilateral

que incluso después de haberlo recorrido todo, tu jurarías que sí,

pero no me conocías

y en medio giro de tu cuerpo

lo dejaste ver

eras egoístamente uno más de todos los hombres de alas cortas, 

pero caí muy tarde de tu vuelo.