En días marrones


“te habla por mí el color de los paisajes sin viento” Vicente Huidobro

Ya no tengo quien me lleve al mar a escuchar mis verdades sin ladrillos, a amar sobre las rocas, a explicar de vuelta los colores del viento.

Ya no tengo quien me lleve al mar y se deje llegar a mí como las olas y se conforme con mis abrazos correspondidos. No tengo quien me ataje cuando quiero huir de la orilla y me guie a confirmar que no hay ningún monstruo debajo de mi cama, ni quien me contribuya a la paz cuando cierro los ojos.

Sostenías mi mano para llevarte mis miedos y traerme tranquilidad, me escondías tesoros entre los alimentos y me cantabas como si supieras lo que me gustaba aunque nunca lo decía en voz alta.

 

Me sostuviste incluso la vida cuando me regalaste una rosa y yo te dije mientras sonreía “Dios mío, me haces sentir como una muerta”. Tú pusiste la cara como si te hubiera dado la peor respuesta de los siglos y yo me reí antes de explicarte, y solo espero que hayas notado que pude amar sus espinas porque tú estabas a mi lado.

Fuiste mis primeras veces en el anonimato de mi corazón, con el que yo podía cerrar los ojos y levantar el rostro bajo la llovizna sin cubrirme, a sabiendas de que me estarías viendo.

Fuiste los momentos nunca publicados

el que me elegía de copiloto

con quien enfrenté las tinieblas marrones

pero ahora

ya no tengo quien me lleve al mar.