Mi copa

Le juzgué
cuando supe que comería el pan
cuando apoyaba sus manos en la mesa
cuando bajaba la cabeza batallando y yo pensaba "no lo hagas"
Le juzgué en su ego, en su posición delantera
en su vista al frente, a la nada
le juzgué cuando tomó el vino.

Le aborrecí
le intenté alejar tantas veces
pero mis manos atravesaban en el aire su imagen
mientras yo odiaba contrayendo el cuerpo.

Porque sí, juzgué, aborrecí, odié.
Pero también perdoné
muchas veces en voz alta
perdoné a mis ojos, mis oídos, mis manos
perdoné la pregunta que me parte una y otra vez el corazón cada vez que la recuerdo
perdoné a mi egoísmo por hacer que el resto se llorara mis lágrimas
perdoné 
con el alma rota, 
con el corazón desnudo.


Yo
que fui ligera
que fui peso
que fui carne
que fui llanto
que fui traición
que fui el cordero imperfecto
               sin olor fragante
               el que Dios desprecia
      fui la suela
      fui la tierra
           la saliva que escupió a Cristo.

Yo
que fui pecado
      fui juzgada
      fui medida
      fue vista la paja en mi ojo
      fui un alma victimizada ante muy pocas revelaciones.

Fui nieve, fui mancha, y soy dolor
Fui ciega, fui sorda, y soy dolor
Fui la virgen perdida en medio del bosque espeso
Fui un pedazo de muerte sintiéndose en vida
Fui intentando, con todo el peso de los ojos fijos en mis clavos, seguir siendo lo que soy:

sangre derramada en la cruz del mesías




que sufre.