Para concluir que te quiero


No quiero hablar más de ti
No quiero escribirte más historias
No quiero hacer más sólido tu recuerdo
Todos los recuerdos en los que te amo

Te amo cuando me tiendes el pañuelo desde mi hombro izquierdo
Te amo en la pequeña lucha que tuvimos cuando intentaste revisar mi bolsillo y gracias a Dios no, pero casi me agarras con las manos en la masa.
Te amo cuando estás desesperado buscando tus llaves y yo te indico que siempre han estado pegadas a la puerta.
Te amo en tu cara de obstinado cuando no puedes desatar el cordón de la reja principal y en tu sonrisa cuando me ves lográndolo con sólo halar hacia arriba.
Te amo cuando te aguantas la risa a los comentarios imprudentes de mi madre, o en otros casos, la rabia.
Te amé cuando menos lo pensaste

pero
no quiero hablar más de ti
no quiero escribirte más historias
no quiero hacer más sólida tu ausencia
cuando hemos vivido en tantas partes
todas las partes en las que te amo

Te amo sentado en mi sala, de donde te paras deprisa por pena a mis besos delante de mi sangre
Te amo acostado en mis piernas en la sala de tu tía, la que te afirma que me estará vigilando
Te amo en tu balcón hablando de los árboles
Te amo en la sala de tu casa, en tu sofá donde canto y te duermo.
Te amo en las noches que me hiciste reír en los aburridos paseos con mi perro
Te amo en tu cara de vergüenza con el graffity en las manos
Te amo en las escaleras; y debajo de las escaleras
Te amo, sobretodo, cuando vemos una película juntos.
Te amé en los lugares donde desconocías estar
pero no quiero hablar más de ti
no quiero escribirte más historias
no quiero inventarte
no quiero imaginar que llegas
o llego
o llegamos.

No quiero hacer más sólido entre letras absurdas, el miedo que tengo de no saber cuánto más aguante 
sin ti
sin titubear ante mi vida
sin cantarte contenta
sin desinteresarme a las lenguas ajenas
sin que me deje de bastar simplemente decirte

que te quiero.