Ligera resignación

Comencé a escribir ligero para ti, hoy, que me haces falta para que me cures del estrés, para que me digas “ya” cuando te abrazo más de la cuenta, para contarte un poquito más de Dios y luego alimentarme de la vida que sale de tu boca.

En días como hoy es que pedía que vinieras, que era urgente, que necesitaba relajar la jornada en tus brazos.

En días como hoy se colaba mi cabello entre tus labios y mis labios y siempre eras tú el que los quitaba mientras yo veía las estrellas y amaba tus manos que andaban por mi cabello y mis orejas, mi cuello y mis mejillas, como si fueras tú el dueño, y me creaste sin tener intención; una lucha, una guerra y bastante tela de cortar sumando tu historia a la mía, ¡Que catástrofe! ¿no?

Y quiero que sepas que yo también he creado cosas, por ejemplo creé el cielo en tu rostro, creé la renovación de tu plan inicial donde no esperabas que te hiciera sentir de nuevo, creé un nombre a los rincones de tu cuerpo, y creí, otra vez, en los milagros, sobretodo cuando nos definiste en voz alta y estaba a tu lado.

En días como hoy es que me provoca saber saborear tu voz por el auricular y tomar un poco de vino, pero voy en cambio echándote de menos de un modo ligero, tranquilo y pacientemente me resigno a, sin tener más opción, hacerte el amor en poesía.

A poem a day