Roces

Todo se nos va, el dominio de los cuerpos muertos de cansancio por el frio, se nos va desquematizando el proyecto de vida que idealizaron tus desintenciones con mis años, el silencio acostumbrado a un invierno vislumbrado desde afuera, se nos va la paciencia cuando no juego contigo y sabes que es una verdad absoluta, la señal que aboga a desfavor, que me lleva a desplanear no pegar el ojo y calcular el tiempo, a pensar en las hebras del cabello en el que me preguntas si me ericé y te digo que sí. 

Se nos va haciendo poquito cada vez más el beso que siembro en tu hombre y cosecho con un beso tuyo en mi frente; se nos va la espera en los abrazos y la arena… y mientras tanto enterramos nuestros pies y levantamos los brazos rozando a penas el cielo que se nos va desmantelando en más de un punto cardinal.