No he podido contar hasta diez

En el refugio de que de las antañas enseñanzas no siempre se recuerda todo, aunque a referencia el mundo sabe que es mentira. 

Tras la coraza de que cuando me amó era sólo un niño, de los que presagian los sentires más sinceros, y ni siquiera se da cuenta que pertenece a la unión de mi pulgar izquierdo con su ceja derecha. 


Mi cuenta regresiva la desmantelo en suspiros entre su aliento y su tope junto a mi hombro, u al sopesar opciones me ahogo vanamente en el orden invertido de su factor.