Entre nos

Hay cosas que no se las puedo susurrar ni a mis manos, y por eso agradezco que hayas sido tú quien diera preludio a la expresión catastrófica que necesita librar mi pecho atormentado, ese pinchazo de confusión puesto ahí que no pertenece a ninguno de los dos. Sentimientos falsos y ajenos completamente a nuestras voluntades. Sensaciones que dije no me daban vergüenza pero es vergonzoso y lleva todo el día desequilibrándome hasta los ocasos.


Te agradezco además de que me sirvan tus fuerzas para andar en este tren sin que se nos salga del carril, como se me van saliendo del carril la ansiedad y el miedo y justo al mismo tiempo me van creciendo estas ganas de que hablen las paredes y las almohadas pero nunca, nunca más las miradas.