Inexpresivo

Inexpresivo, como mi ojo izquierdo.
Como éste intento de poema que me cuesta escribir porque no me sé las palabras.

Este poema que me ve y se levanta,
me saluda y se sienta;
intentando actuar inexpresivo.

Este "me cuesta" que corre, caminando el paso mas normal que permite lo mas lento de lo rápido, con las manos tan temblorosas como ante una mala noticia e intentando actuar inexpresivo.
Con los brazos extendidos hacia la puerta de salida y los falanges posicionados para halar pestillos, a medio cuerpo fuera, salta desde el sofá "¿Cómo estás?" y otra serie de preguntas y palabras que dijo el poema, mirándome y con el espacio exacto a su lado que no quedó más que sentarme junto a él.

No acaricio siempre el poema (aunque quiera), esta vez me limité a responder sus preguntas y propiné alguna que otra cosa como intentando actuar de modo inexpresivo.

Y cuando llegué a creer que no era competitiva, el instinto impulsivo de la confusión en que me convierto parece ganar la partida. Sobretodo cuando al poema se le olvida el guión y reacciona ante el moretón que es mi piel y ante un comentario con mi humor gris que siempre le llevaba a abrazarme después de esa sonrisa que hubo a mi lado derecho.

Ventaja: habían cuatro manos ocupadas.

Manos aferradas a un plato de comida y a un aparato tecnológico de esos sensibles al tacto, 
manos que evitaban ver a los lados intentando actuar inexpresivas.

Y las mías fueron libres;
porque la gente aprende a comer sola, 
porque el sofá no tiene cinturón de seguridad.

Me levanto y salgo, reacción del instinto impulsivo de las ganas tantas queriéndose arrojar a mas de 50 metros a los trenes...

Y sólo así, parece que gané.
Fui todo mi ojo izquierdo;
Ese, que a veces sonríe.