Lo que no puedo
Si yo fuera tu cordero
colocaría tus manos sobre mí,
te empujara a hablar,
a confesar,
y a entregarte.
Sería una dispuesta salvación enteramente para ti.
Pondría a valer mi sangre como nunca.
Si yo fuera tu cordero
sería eternidad definida en tus brazos.
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