Quiero escribir metafóricamente...

así como para que parezca poesía.



Metáfora. Suena como a la A acentuada en “recuerdo”
pero el recuerdo no tiene “á”.
quedan
recuerdos de encuentros, sólo en mis manos.
Mis manos de recuerdos…
mi teclado encogido, mi lápiz, mi viaje al pasado
pasa, pasa, y pasa, por el pasado.

Poesía. Suena como a la I acentuada en “excusa”
pero la excusa no tiene “í”
quedo
corriendo a ver cómo se derrite la excusa,
la que no necesitas, la que se cae dentro de tus pupilas.

Con ganas de tener un espacio,
de luces despiertas, y gente encendida
porque suena mejor así.

Sin ganas de buscarle lógicas a la viceversa.
Y no es ilógica la viceversa
sólo es.

En la metáfora, hay que ser.
Hay que ser carbón,
aunque sea para quedar suspendido en el aire;
o escondido en una maderita,
atrapado en la oreja de alguien.

Hay que ser manos;
con dedos indecisos
aunque no salten en letras
aunque sea para enredarse y desenredarse,
porque les gusta.

En la poesía, hay que volver.
Volver a la amistad de infancia
a los chistes, con humor raro;
y cuando digo raro, quiero decir cruel…
pero del humor cruel con el que ríes.

Volver, a veces trae un poquito de paz
y también desazones
pero siempre, se encuentra una con la otra.
Uno se atormenta cuando no.

No estoy escribiendo metafóricamente, así como para que parezca poesía.

Bueno,
hay un montón de cosas que no estoy haciendo.
Y cuando digo haciendo, también quiero decir escribiendo.
No estoy atormentando las cuerdas de mi guitarra
por ejemplo,
no estoy atorando las palabras…
o más bien, los pensamientos.
No estoy pensando en metáforas.

Metáfora, que suena así como a miércoles,
como a franela negra, como un andar visto de espaldas;
a gorra, así, hacia atrás…
Estoy pensando en poesía,
en la que no sé hacer;
Poesía, que suena así como a algo inesperado,
lugar inesperado, acento inesperado,
sueño inesperado.

Yo, a veces, sueno así,
como a letras acentuadas, como a pasado;
a veces me caigo dentro de alguna pupila
a veces en el aire quedo suspendida
a veces, pocas veces, me parezco a la palabra viceversa.

Unas veces soy carbón, otras, soy madera.
Y siempre me enredo, para desenredarme
Porque me gusta.

Así 
como me gustar volver,
porque me desazona no hacerlo
porque me da paz atormentarme
intentando escribir metáforas y hacerme poesía.

Porque tiene que sonar así, como un humor raro
con dos sentidos

Con algún sentido, vuelvo, como volver la cabeza, y escribo…
algo inesperado
intentando metafóricamente,


así 
como para que parezca poesía.