Tan triste pérdida; tan... y mía
No pensé pasar de nuevo por la pérdida de un amigo,
pero aquí estoy, de nuevo atravesando el camino.
No es la misma historia, hay que decirlo;
ésta vez fue algo decidido.
Podría correr tras de ti para que tomes mis llaves, o contarte que estuviste entre mis letras;
pero no voy a engañarme a mi misma, ni hacer como si no duelas.
Podría cerrar mis ojos y volver a tu beso fugaz;
pero, ¿De qué sirve? eso no me aliviará.
¿A dónde fuiste, amigo, a buscar la paz?
Está de más alegar que ese no era el lugar.
Ahora mismo estoy triste, como quizá tú estuviste;
lo que más duele de perderte, es que te perdiste.
L.
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