El tiempo es un sinónimo
mal prestado
Después de la muerte, uno se ríe, uno cree que es después del
tiempo, pero siempre, siempre es después de la muerte, después de cada vez que
caemos, que nos rompemos el corazón y nos bajamos los telones,
nos inventamos y nos quedamos en el sepulcro
y de repente pasa que nos tiramos de un salto
alguna tarde fuera del aposento
y sentimos algo y nos reímos
después de todos los días
de una colección de años
de nostalgias de siglos
después de creernos sin fuerzas
después de tapar las estrellas
y desahuciarnos
de reclamarle a Dios por la medida de fe que no nos sirve de
nada
dibujarnos principios con un pedazo de tiza.
Así de absurdos
que resucitamos solo
para morirnos de risa.
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