Punto de partida


Como si hubieras detenido mis manos, 
como si me miraras de reojo cuando lees mi carta, 
como si estuvieras en mi propia sala me has puesto un STOP, y culmino a las carreras lo que me falta de palabra y volteo a mi derecha para caer en cuenta que no estás y en cambio encuentro a la paciencia agitando el pie contra el piso seis veces por segundo y me levanto a fallar mis intentos, comenzando mi cuenta regresiva sin ningún punto de partida.