Punto de retiro

Me atreví a la fe y subí el volumen del celular, pienso en la mejor manera de hacerte sonreír inventando un cuento increíblemente barato, y equilibro miedo, estupidez y locura en el antojo de llenarte de notas y acordes…

Bajarle dos octavas a la escala me está costando la huida al refugio más cerca de ti, pero aun así no te alcanza mi voz, en la que voy practicando canciones y recitales poéticos para quizá no atreverme a merodear tan cerca de tu oído.


Mientras me aburro te acoso por terceros a ver si te me enteras de la muerte de mi primer presagio a tan solo unos días de haber nacido de mis dedos; pero traes esa carta bajo la manga, y ya no importa mucho, también la juego; 
pero tú, 
por favor, 


no juegues.